BDSM-K & el mercado
Mar. 28th, 2024 11:38 am![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
A raíz de una breve conversación con un vínculo hace unos días, me dí cuenta de que a pesar de que llevo ya varios años en la escena local BDSM-K, en realidad no he participado nunca de una conversación crítica al respecto. Ella, que lleva mucho más tiempo que yo en este mundillo, me comentó que hace unos meses había ido a una convención de BDSM donde sí ocurrieron algunas discusiones más en esa tónica, aunque ella no asistió a ellas (fue a la conve, pero de asistente en demostraciones prácticas). Yo supe de esa convención, pero en realidad no me llamó la atención ir, porque en ese momento lo pense innecesario.
Ahora me encuentro reflexionando sobre algunas cosas. En realidad, lo primero que quiero hacer es alejarme un poco de inquietudes más morales, como la discusión que a veces se da sobre kinks más duros tipo CNC, o incluso sobre las dinámicas sociales que se (re)producen y como se (re)producen en una dinámica D/s. Si bien me parece una discusión interesante, creo que es medio... obvio plantear que se entrecruzan, plantean, invierten, tensionan y reproducen dinámicas patriarcales en prácticas BDSM-K. En este momento, me interesa más la relación que tenemos como "comunidad"1 con el consumo y el mercado.
Principalmente, lo que me llama la atención es el nivel al cual nuestra comunidad está mediada por el mercado. Hay muchos eventos BDSM-K que ocurren en mi ciudad, pero la enorme mayoría de ellos cobran un precio de entrada que varía entre el equivalente a la entrada de una disco más bien cara y el doble de ello. Evento gratuitos, casi no existen. El año pasado funcionaba una instancia enfocada en bondage que era con aportes voluntarios, y de hecho lleva varios años funcionando, pero es la única instancia así (y además este año aún no ha dado señales de vida). Yo entiendo que mucha gente que se mueve en este mundo, particularlmente en un contexto económico difícil, ejerce el trabajo sexual, y este tipo de eventos representan una forma de ingresos que les es importante. Pero, sigue siendo llamativo que de las mucha, muchas instancias BDSM-K, solo haya una que sea gratuita. Es decir, el ingreso a la "comunidad" está inherentemente mediado por el mercado, y por ende representa también una barrera de entrada. La mayoría de mis amigues derechamente no podrían pagarse más de una vez al mes la participación en el mundillo BDSM-K.
Es una cuestión de clase. Yo sinceramente creo que la mayoría de las personas serían beneficiadas por un entendimiento más complejizado de la sexualidad y erotismo como lo entregan las prácticas BDSM-K, aunque no les terminen interesando las prácticas concretas, pero no tienen si quiera acceso a aprender de ello, menos compartirlo y discutirlo colectivamente. También sucede que a muchas personas de nuestra clase les son llamativas las prácticas eróticas alternativas, y las incorporan efectivamente en su vida sexual-erótica, pero no tienen espacios formativos para desarrollarlos con seguridad (porque son pagados) ni tampoco espacios de discusión donde se pueden dar cuenta que están, por ejemplo, siendo sometides a prácticas peligrosas o abusivas (porque, también, las instancias sociales son pagadas). Ahora, no quiero aquí decir que no hayan personas de nuestra clase que accedan a estos espacios, porque las hay, pero la barrera de acceso es alta, entonces quienes lo hacen necesariamente lo tratan como una prioridad económica y/o llevan ya tiempo prácticando, las personas que son realmente nuevas les cuesta más acceder a estos espacios. Tampoco quiero decir que este problema sea únicamente de BDSM-K, de hecho hace pocas semanas tuve una conversación muy similar con algunes compañeres sobre los deportes de contacto (aunque me parece que en el caso de los deportes de contacto, sí es más fácil encontrar espacios económicos).
El otro tema que me parece interesante es nuestra relación con el consumismo. No hay junta de BDSM-K donde no haya alguien que saque sus nuevos juguetes a relucir. Se incentiva constantemente el consumo, de hecho, la actitud es casi como que mientras más objetos tengas - más látigos, más cuerdas, más fustas, más vibradores, más, más, más - más autoridad o experiencia acarreas. Esto no es un tangente en contra de las tecnologías eróticas, por cierto. Hay quienes argumentan que las tecnologías eróticas, particularmente las que permiten prácticas eróticas a distancia, generarían o reflejarían cierta alienación sexual o corporal, pero yo no creo eso. Más bien, me parece que la relación tan estrecha que existe entre el consumo y la particpación en prácticas BDSM-K puede ser problemática. Al final, es otra subcultura donde la posesión de objetos es concebido como constitutivo de una identidad pseudo-comunitaria. Lo que no implica que desear o tener implementos para el placer (o el dolor >:) ) sea malo, pero creo que no existe un cuestionamiento sobre el nivel de incentivo al consumo que existe en todos los espacios BDSM-K. El consumo no solamente genera una barrera de acceso, sino que también tiene el problema de generar explotación (de todas las formas de vida) y de generar deshechos (particularmente cuando consideramos que tenemos muchos implementos de plásticos), y nada de esto se problemtiza a nivel generalizado, ni existen espacios para minimizar el consumo, como podrían serlo talleres abiertos, intercambio de implementos de segunda mano o la posibilidad de indumentaria colectiva no pagada.
1 Uso el término de forma muy suelta, no me siento particularmente "en comunidad" con la mayoría de la gente en mi escena local, pero es porque mi sensación de comunidad se arraiga en una práctica permanente de acción solidaria que no existe en la "comunidad". Por lo mismo, tampoco me gusta cuando la gente se refiere a los fandoms como comunidad, pero eso ya es un punto a parte.
Ahora me encuentro reflexionando sobre algunas cosas. En realidad, lo primero que quiero hacer es alejarme un poco de inquietudes más morales, como la discusión que a veces se da sobre kinks más duros tipo CNC, o incluso sobre las dinámicas sociales que se (re)producen y como se (re)producen en una dinámica D/s. Si bien me parece una discusión interesante, creo que es medio... obvio plantear que se entrecruzan, plantean, invierten, tensionan y reproducen dinámicas patriarcales en prácticas BDSM-K. En este momento, me interesa más la relación que tenemos como "comunidad"1 con el consumo y el mercado.
Principalmente, lo que me llama la atención es el nivel al cual nuestra comunidad está mediada por el mercado. Hay muchos eventos BDSM-K que ocurren en mi ciudad, pero la enorme mayoría de ellos cobran un precio de entrada que varía entre el equivalente a la entrada de una disco más bien cara y el doble de ello. Evento gratuitos, casi no existen. El año pasado funcionaba una instancia enfocada en bondage que era con aportes voluntarios, y de hecho lleva varios años funcionando, pero es la única instancia así (y además este año aún no ha dado señales de vida). Yo entiendo que mucha gente que se mueve en este mundo, particularlmente en un contexto económico difícil, ejerce el trabajo sexual, y este tipo de eventos representan una forma de ingresos que les es importante. Pero, sigue siendo llamativo que de las mucha, muchas instancias BDSM-K, solo haya una que sea gratuita. Es decir, el ingreso a la "comunidad" está inherentemente mediado por el mercado, y por ende representa también una barrera de entrada. La mayoría de mis amigues derechamente no podrían pagarse más de una vez al mes la participación en el mundillo BDSM-K.
Es una cuestión de clase. Yo sinceramente creo que la mayoría de las personas serían beneficiadas por un entendimiento más complejizado de la sexualidad y erotismo como lo entregan las prácticas BDSM-K, aunque no les terminen interesando las prácticas concretas, pero no tienen si quiera acceso a aprender de ello, menos compartirlo y discutirlo colectivamente. También sucede que a muchas personas de nuestra clase les son llamativas las prácticas eróticas alternativas, y las incorporan efectivamente en su vida sexual-erótica, pero no tienen espacios formativos para desarrollarlos con seguridad (porque son pagados) ni tampoco espacios de discusión donde se pueden dar cuenta que están, por ejemplo, siendo sometides a prácticas peligrosas o abusivas (porque, también, las instancias sociales son pagadas). Ahora, no quiero aquí decir que no hayan personas de nuestra clase que accedan a estos espacios, porque las hay, pero la barrera de acceso es alta, entonces quienes lo hacen necesariamente lo tratan como una prioridad económica y/o llevan ya tiempo prácticando, las personas que son realmente nuevas les cuesta más acceder a estos espacios. Tampoco quiero decir que este problema sea únicamente de BDSM-K, de hecho hace pocas semanas tuve una conversación muy similar con algunes compañeres sobre los deportes de contacto (aunque me parece que en el caso de los deportes de contacto, sí es más fácil encontrar espacios económicos).
El otro tema que me parece interesante es nuestra relación con el consumismo. No hay junta de BDSM-K donde no haya alguien que saque sus nuevos juguetes a relucir. Se incentiva constantemente el consumo, de hecho, la actitud es casi como que mientras más objetos tengas - más látigos, más cuerdas, más fustas, más vibradores, más, más, más - más autoridad o experiencia acarreas. Esto no es un tangente en contra de las tecnologías eróticas, por cierto. Hay quienes argumentan que las tecnologías eróticas, particularmente las que permiten prácticas eróticas a distancia, generarían o reflejarían cierta alienación sexual o corporal, pero yo no creo eso. Más bien, me parece que la relación tan estrecha que existe entre el consumo y la particpación en prácticas BDSM-K puede ser problemática. Al final, es otra subcultura donde la posesión de objetos es concebido como constitutivo de una identidad pseudo-comunitaria. Lo que no implica que desear o tener implementos para el placer (o el dolor >:) ) sea malo, pero creo que no existe un cuestionamiento sobre el nivel de incentivo al consumo que existe en todos los espacios BDSM-K. El consumo no solamente genera una barrera de acceso, sino que también tiene el problema de generar explotación (de todas las formas de vida) y de generar deshechos (particularmente cuando consideramos que tenemos muchos implementos de plásticos), y nada de esto se problemtiza a nivel generalizado, ni existen espacios para minimizar el consumo, como podrían serlo talleres abiertos, intercambio de implementos de segunda mano o la posibilidad de indumentaria colectiva no pagada.
1 Uso el término de forma muy suelta, no me siento particularmente "en comunidad" con la mayoría de la gente en mi escena local, pero es porque mi sensación de comunidad se arraiga en una práctica permanente de acción solidaria que no existe en la "comunidad". Por lo mismo, tampoco me gusta cuando la gente se refiere a los fandoms como comunidad, pero eso ya es un punto a parte.